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Los atractivos del camino del Limay

28 January, 2021

La Ruta Nacional 237 acompaña todo el cauce del Río Limay, es el camino hacia los destinos turísticos del sur de la Provincia. En su trayecto el paisaje es cambiante y sorprendente. Una ruta encantada, con carteles “mordidos” por Dinosaurios, molinos quijotescos y un camino que canta.

Disfrutar del camino es una de las experiencias más importantes en un viaje. Siempre hay paisajes, atractivos y curiosidades para descubrir en el trayecto a los destinos del sur de Neuquén. La Ruta Nacional 237 cuenta con postales intermedias que son únicas, un camino que atraviesa los vientos que acompañan en todo su cauce al Río Limay.

Hay que estar muy atentos, y es importante que los chicos vayan despiertos antes de llegar a Villa El Chocón. Es que habrá unos anuncios muy particulares, carteles devorados por los dinosaurios, que anuncian la proximidad de uno de los destinos paleontológicos más ricos del mundo.

Es un clásico de los turistas, llegar a Villa El Chocón y tomarse una foto con el Dino que custodia a los viajeros en la entrada del destino. Una postal de viaje, una parada obligada de la Ruta 237.

En el kilómetro 1.449 de la ruta, camino hacia la Cordillera de los Andes y luego de atravesar el cordón rocalloso de Piedra del Águila, sobre el camino aparecen unas notas musicales que inmediatamente se convierten en una melodía popular muy conocida en el mundo entero.  

La canción aparece con el efecto de las vibraciones de las líneas pintadas horizontalmente, si se transita a la velocidad exacta, el asfalto nos sorprende con una melodía, que seguramente los niños lo repetirán hasta llegar a destino.

En el tramo entre las localidades de Piedra del Águila y Picún Leufú, hay un lugar llamado Bajada Colorada, donde existe un impresionante parque eólico que se puede observar desde la ruta. Es el viento patagónico el protagonista, que le da vida a cada molino creando un verdadero paisaje quijotesco.

Se trata de molinos de 120 metros de altura con aspas de 60 metros de largo. “¡Gigantes!”, diría Don Quijote. Un momento en el camino para hablar de sueños, proyectos y aventuras.