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Recorriendo Manzano Amargo junto a Brian Muñoz

14 diciembre, 2021

Uno de los rincones de la provincia más alejados de la capital neuquina, recostada a los pies de la mítica Cordillera de los Andes, esconde uno de los paisajes más maravillosos del Norte Neuquino y que para muchos es desconocido aún. Junto al joven fotógrafo Brian Muñoz hacemos un recorrido virtual sobre su querido pueblo, que hoy lo ve crecer y mostrar con orgullo sus bellezas a través de su trabajo, invitándonos a visitarlo y admirarnos con nuestros propios ojos el esplendor de Manzano Amargo y sus alrededores.

Brian tiene 23 años y nació en Andacollo; parte de su adolescencia lo encuentra en Manzano Amargo habiendo ya finalizado sus estudios secundarios. Hoy trabaja en la Comisión de Fomento de la localidad junto al equipo de prensa, desarrollando su profesión a pleno. Recientemente participó en el concurso de «Las bellezas de mi pueblo» donde obtuvo el primer lugar en su categoría. En los medios de prensa regionales es común ver sus fotografías acompañando notas y textos dedicados al Norte Neuquino.

«Cuando me di cuenta lo que se puede hacer con una cámara, quedé admirado, y así fue como la actividad comenzó a atraparme. No solo se trata de enfocar y apretar el botón, sino que se trata de realizar una composición, dónde a la vez se está realizando arte con la luz que atraviesa los espejos de la cámara, y como las imágenes también van contando historias o sucesos que quedan plasmados en la retina de cada receptor.»
Manzano Amargo, debe su nombre a la presencia de un manzano de más de 120 años, que aún crece en el lugar, y que da frutos amargos. El pueblo está inserto en un paisaje particular, a 1250 m.s.n.m.. un sector del cordón montañoso de la cordillera de los Andes allí, permite el ingreso de aire húmedo del Pacífico que contribuye el desarrollo de árboles del género nothofagus que generalmente vemos en los bosques andinos del sur de la provincia, como los ñires y lengas.

Parte de su población vive de la cría de animales; al igual que en el resto de la provincia la trashumancia es parte de las tradiciones que se siguen manteniendo para la cría de chivitos, ovejas y vacas:
«La trashumancia se transmite de generación en generación; ésta consiste en transportar sus animales desde la «invernada» que es el espacio donde pasan el invierno generalmente en zonas más bajas, para luego realizar la veranada a partir de noviembre, a las zonas altas de la cordillera dónde tienen mejores pasturas.»

Brian explica que esta actividad implica mucho sacrificio para las familias que dependen de la misma. Por ello buscar, retratar escenas que reflejen esta tradición, al igual que el paisaje circundante en la localidad: ríos, cascadas y montañas atraen su lente buscando capturar imágenes que reflejen lo más preciso posible lo captado por su retina, buscando atraer miradas y que el que las vea sienta lo que él siente cuando aprieta el botón disparador de su cámara.
«Me gusta mucho explorar la zona en la que vivo y es ahí donde siempre llevo conmigo la cámara. Cualquier ocasión puede ser una buena imagen. Suelo realizar las fotografías en los amaneceres y atardeceres; considero que son los puntos exactos dónde se obtiene una buena fotografía, igualmente de todas maneras realizo algunas a plena luz del día, pero no seria lo ideal para mí.»

A modo de guía turístico de la localidad nos relata los atractivos de su pueblo y la región:

Ya tomando la Ruta provincial N°43 desde Andacollo y luego la 54, el camino a Manzano Amargo permite contemplar en primer lugar la costa del río Neuquén a su derecha en cuyo cauce se pueden observar patos de los torrentes, garzas cucas o moras esperando la oportunidad de capturar una pequeña trucha o perca. Espectaculares formaciones geológicas se contemplan en el paisaje como vestigios de un pasado con mucha actividad volcánica, donde la erosión provocada por el viento y la lluvia dio origen a caprichosas formas como los hornos, donde hace 50 años primitivos residentes usaron las arquitecturas de esos afloramientos como lugares de morada, alojamientos transitorios.

A unos 4 km de Manzano Amargo se puede admirar una de las más famosas cascadas de Neuquén: La Fragua, un salto de agua pura y cristalina de 40 metros, rodeada de un paisaje único e inigualable. Un parador turístico que se inaugurará en poco tiempo permitirá al turista poder estar en un espacio más cómodo y seguro admirando esta maravilla de la naturaleza.

Por otro lado las formaciones de bosques Los Roblecillos y Llao Llao donde se conservan a perpetuidad varios relictos de robles y ñires, constituidas por antiguos representantes del bosque caducifolio de la región andino patagónicas, ñires y robles donde se desarrollan los hongos conocidos como digueñes o llao llao, que da origen al nombre del relicto principal.

Pero si se trata de llegar a los sitios más apartados de la localidad, el cerro frutillar en cercanías de Pichi Neuquén, se llega atravesando un puente colgante y sintiendo la sensación de la aventura en medio de las vertiginosas aguas del río Neuquén cuyo origen se esconde la altura cajón de los chenques; allí nace el icónico río Neuquén, desde un pequeño hilo de agua, que luego llega hasta la Confluencia para unirse al río Limay y formar el río Negro, que vierte sus aguas finalmente al océano Atlántico.

Otro atractivo poco conocido es la cascada Las Tapaderas, a 11 km de Manzano Amargo; un enorme salto de agua que se asemeja al salto del agrio en su fisonomía, al que solo se llega con guía luego de una caminata de 3 horas.

Un pueblo encantador del Norte Neuquino que esconde lugares maravillosos y únicos para poder conocer y disfrutar esta temporada de verano que se inicia. Gracias Brian Muñoz por mostrarnos fielmente estas bellezas y trasmitirnos el cariño y afecto hacia Manzano Amargo y el Norte Neuquino!

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