El ministerio de Turismo del Neuquén acompaña la campaña de verano del ENARGAS: «El monóxido de carbono no se toma vacaciones». Si tenés un emprendimiento hotelero o de alojamiento para turistas o vas a contratar dicho servicio en un destino, asegurate de que hayan sido revisadas las instalaciones internas por un gasista matriculado.
Para tu seguridad y/o la de tus huéspedes, tené en cuenta los siguientes consejos de prevención de accidentes por inhalación de monóxido de carbono:
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- La falta de mantenimiento de las instalaciones hace que sus ventilaciones se deterioren. Suele ocurrir que los pájaros construyen sus nidos tapando los conductos de evacuación, o que haya daños inadvertidos por el usuario, como abolladuras o desplazamientos de los conductos, entre otros
- Verificá que la llama sea de color azul. Si es amarilla, anaranjada o roja, el artefacto está funcionando mal; en ese caso, llamá enseguida a un gasista matriculado.
- Permití siempre el ingreso de aire al ambiente desde el exterior. A veces una rendija puede salvarnos la vida.
- Los artefactos de cámara abierta (todos aquellos que no son de tiro balanceado) necesitan siempre el ingreso de aire desde el exterior, por eso verificá la existencia de las rejillas de ventilación permanente exigidas por la reglamentación vigente.
- Los artefactos instalados en baños y dormitorios sólo pueden ser de tiro balanceado (cámara estanca).
- No utilices las hornallas y el horno de la cocina para calefaccionar el ambiente o para secar ropa, es sumamente peligroso.
- Controlá que los conductos de ventilación estén acoplados y que las salidas de los gases al exterior estén libres de obstrucciones (aplastamientos, abolladuras, anidamientos de pájaros, etc.) La mayoría de los casos fatales tiene su origen en conductos defectuosos.
- No está permitido el uso de caño corrugado para la ventilación de los productos de la combustión, dado que evacúa un 30% menos.
- En el dorso de tu factura encontrarás los teléfonos de contacto de tu empresa prestadora de gas. Tenelos siempre a mano, en caso de urgencias, consultas o reclamos.
El monóxido de carbono no tiene olor, ni color, ni sabor y no irrita las mucosas, por eso es muy difícil detectarlo.
Todo material combustible necesita oxígeno para quemarse. Cuando la cantidad de oxígeno es insuficiente, la combustión es incompleta y si el combustible tiene carbono (gas, petróleo, carbón, querosén, nafta, madera, plásticos) se forma monóxido de carbono.
Si bien este gas no puede percibirse, hay claros indicios que señalan su presencia:
*Coloración amarilla o naranja de la llama, en lugar de azul.
*Aparición de manchas, tiznado o decoloración de los artefactos, sus conductos de evacuación o alrededor de ellos.
El monóxido de carbono ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí, por transformaciones químicas, pasa a la sangre donde reduce la capacidad de ésta para transportar oxígeno, afectando de este modo el cerebro y el corazón. Los síntomas se confunden a menudo con los de la gripe o una intoxicación alimentaria.
*Una intoxicación leve tendrá como manifestaciones: debilidad, cansancio y tendencia al sueño, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, dolor de pecho y aceleración del pulso en la primera fase.
* Una intoxicación grave puede producir: temperatura corporal baja, inconciencia, respiración irregular, convulsiones, pulso lento y/o irregular, tensión arterial baja y aun la muerte.
Más información:
www.enargas.gov.ar
0800-333-4444
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